Aunque su efectividad no está demostrada por completo, algunos alimentos contribuyen a mejorar la capacidad respiratoria
Los ronquidos son un problema que afecta tanto a quien los sufre como al acompañante de cama. En la larga lista de productos y artilugios antironquidos, destacan las populares tiras nasales para abrir las vías respiratorias, las almohadas especiales que "animan" a cambiar de posición si se ronca demasiado, las aspiraciones de vapor o los sprays nasales y enjuagues con aceites esenciales que descongestionan las vías respiratorias y ayudan a roncar menos. Sin embargo, aunque se carece de evidencia científica, algunos alimentos y plantas han demostrado ser eficaces contra los ronquidos, ya que mejoran la circulación sanguínea y la capacidad respiratoria.
* Autor: Por MAITE ZUDAIRE http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/adulto_y_vejez/2009/12/07/189713.php
Primer paso: perder peso
Los ronquidos se originan cuando el paladar blando y la úvula (conocida de forma popular como "campanilla") bloquean de manera parcial las vías respiratorias mientras se duerme. Las causas son tantas y tan variadas, que poner remedio sólo a una de ellas puede provocar frustración porque, aunque de forma temporal se deja de roncar o se ronca menos, con el tiempo el problema reaparece.
Los expertos aseguran que roncar no es una enfermedad, aunque la falta de tratamiento, si se acompaña de apnea obstructiva (la respiración cesa durante unos segundos), puede provocar serias enfermedades a largo plazo: aumento de riesgo cardiovascular (hipertensión, arritmias) y fuertes cefaleas, entre otras. Las causas más comunes responsables de los ronquidos son la congestión nasal por resfriados o alergias, el agrandamiento de las amígdalas, las deformaciones en la nariz, como el tabique desviado, y el consumo de alcohol.
El exceso de peso también contribuye a que se ronque más; al entrar el aire, la grasa acumulada en la zona del cuello vibra y genera ruido. En España, según la última encuesta nacional de salud (ENS 2006), un 37,8% de los adultos sufre sobrepeso y un 15,6% tiene problemas de obesidad, porcentajes similares a los registrados en la etapa infantil y juvenil (30% de sobrepeso y 13,9% de obesidad).
Muchas personas tienen más peso del considerado saludable para su edad y condición de salud. De la misma manera, son muchas quienes roncan: la mitad de los varones y una cuarta parte de las mujeres. Para la mayoría, el problema de los ronquidos (e incluso el de la apnea) se puede resolver si bajan de peso. El valor añadido de no roncar es que el cuerpo descansa más y ello repercute en una mejor salud y calidad de vida durante el día.
Comer bien para un buen descanso
El acervo popular considera que lácteos, alimentos fritos y chocolate son alimentos que no conviene tomar para cenar porque empeoran la digestión y acentúan los ronquidos. Pero no hay evidencia científica que asocie el consumo de alimentos concretos a un empeoramiento de los ronquidos, pese a que después de una comida copiosa se duerme peor y se ronca más, incluso quienes no acostumbran a hacerlo.
La posibilidad de obtener beneficios mediante el uso de plantas ha dado pie a la invención de distintos remedios sin eficacia demostrada
Las personas afectadas -tanto quien ronca como su acompañante-, tendrán que evaluar si notan mejoría o empeoramiento según el tipo de cena. Aligerar esta comida para mejorar la digestión puede ayudar a atenuar los ronquidos. El tipo, la cantidad de alimentos escogidos para cenar y la forma de cocinarlos afectan a la digestión y a la capacidad de conciliar el sueño.
Conviene ser comedido con las cantidades, con el fin de no saturar el estómago y alargar la digestión, y es preferible cocinar con poca grasa, de manera sencilla (al vapor, hervido, plancha, horno, etc.), prescindir de frituras, no abusar de los condimentos fuertes y picantes y evitar el café. El efecto del alcohol se ha estudiado más. La ingesta de bebidas alcohólicas, sea aguda o crónica, interrumpe el sueño y favorece el insomnio, empeora los problemas respiratorios, aumenta la incidencia y la duración de las apneas obstructivas del sueño e, incluso, las empeora, lo que puede resultar peligroso para quienes ya sufren el trastorno.
Los estudios revelan que el alcohol induce a hipotonía muscular orofaríngea, que provoca que los tejidos del paladar y la parte alta de la faringe estén más blandos y sueltos, vibren al respirar y se genere ruido. Los resultados de un reciente ensayo realizado por la Städtische Kliniken Frankfurt (Alemania), publicado este mes en la revista de la European Federation of Oto-Rhino-Laryngologycal Societies (EUFOS), confirman esta hipótesis y detallan que la ingesta nocturna de alcohol afecta en mayor grado a los individuos roncadores que a quienes no lo son.
El papel de los aceites esenciales
Los aerosoles, colutorios e infusiones con aceites esenciales son una alternativa más para ayudar a dejar de roncar. En un ensayo doble ciego controlado con placebo, los investigadores del Royal Shrewsbury Hospital, en Shrewsbury (Reino Unido), valoraron el uso de una mezcla de aceites esenciales extraídos de distintas partes de plantas (hojas, pétalos, frutos, raíces) ligeramente fragantes y ricas en sustancias volátiles. La selección de vegetales se hizo por sus propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas y antivirales, así como por sus posibles efectos para reducir el estrés y la excitación emocional.
La mezcla, a la que denominaron "Helps Stop Snoring" (ayudas para dejar de roncar) contenía "Mentha arvensis" (menta), "Mentha piperita" (menta piperita), "Citrus limonum" (bálsamo de limón), "Eugenia caryophyllus" (clavo), "Melissa officianalis" (melisa), "Pinus mugo pumilio" (pino enano), "Foeniculum vulgare" (hinojo), "Salvia officinalis" (salvia), "Thymus serpyllum" (tomillo), "Cymbopogon vinterianus" (citronella), "Eucalyptys globulus" (eucalipto), "Lavandula angustifolia" (lavanda), "Pistacia lentiscos" (lentisco) y "Pinus sylvestris" (pino silvestre).
Los autores de este proyecto preliminar constataron una reducción significativa de los ronquidos tanto en el grupo de voluntarios que usaron el aerosol (spray) de aceites esenciales y que aplicaron en la zona orofaríngea, como entre quienes emplearon la misma formulación en forma de líquido (colutorio) para hacer gárgaras, en comparación con el placebo. La hipótesis que apuntan es que la fórmula "puede tener una acción antiespasmódica sobre el paladar blando y el área superior de la faringe, al alterar el tono de la musculatura y reducir el aleteo de los tejidos".
La mezcla de aceites esenciales también podría aumentar el flujo de sangre al paladar, causar un aumento moderado de la "rigidez" y, de esta manera, reducir el aleteo de los tejidos que provoca el ronquido. Incluso si la duración de la acción de los aceites es corta, puede ser suficiente para que el acompañante concilie el sueño. Otros estudios al respecto no han argumentado resultados positivos con distintas mezclas de plantas, aunque el denominador común en todos es el pequeño tamaño de la muestra y la corta duración del tratamiento.
La posibilidad de obtener beneficios mediante el uso de plantas ha dado pie a la invención de remedios con diferente formato (desde sprays hasta láminas bucofaríngeas, bucales o nasales) que contienen variedad de aceites esenciales que se desprenden de forma paulatina. La eficacia de uso de estos preparados y mezclas no está demostrada de forma suficiente, aunque los fabricantes garanticen su validez y atribuyan a la composición del preparado supuestas propiedades para reducir los ronquidos al "contraer los tejidos que rodean el paladar blando y la úvula", "descongestionar las mucosas", "facilitar la respiración" y/o "eliminar la mucosidad de las fosas nasales".
REMEDIOS POPULARES
Los remedios caseros se suman a los productos que se comercializan con el objetivo de combatir los molestos e irritantes ronquidos. Un truco -para el que no hay comprobación científica- que puede resultar efectivo para algunas personas, es cortar una cebolla en trozos, hervirla durante 15 minutos, colar la preparación, endulzar con un poco de azúcar moreno y beber la infusión unas dos horas antes de acostarse. La infusión de salvia, ingerida una hora antes de irse a dormir, se recomienda por sus efectos positivos. Los baños de vapor para descongestionar los conductos y mejorar la respiración ayudan también a roncar menos y dormir -o dejar dormir- más.
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