domingo, 12 de octubre de 2008

Comer... y curarse

Ya no se trata sólo de nutrirse. Prevenir enfermedades, reemplazar medicamentos que provocan intolerancia, e incluso revertir patologías crónicas es la audaz apuesta de la nutracéutica, una corriente que asegura que pronto muchos "remedios" se expenderán en dietéticas, supermercados y verdulerías

Noticias de Revista La Nacion Domingo 12 de octubre de 2008
Yo me curé de una infección grave tomando yogur", dice Laura Abaurrea, profesora de inglés. Madre de cinco hijos, es casi una experta en temas nutricionales. "Sé para qué sirven los alimentos, y en mi casa hay reglas: se puede comer siempre fruta, leche, pan integral, licuados, agua y yogur. Incorporé las crucíferas para prevenir el cáncer de colon. Nunca hago fritos. Uso aceite crudo porque tiene mucha vitamina; incluso en el puré, aunque engorda. Tomo mucho té. Estoy eliminando todos los productos con grasas trans y aceite hidrogenado. No me fijo en el precio. Compro leche fortificada con hierro y manteca sin sal, y tomo agua de filtro, en vez de mineral, para reducir la sal. Sé que la alimentación puede evitar la hipertensión o la diabetes."
Laura cuenta: "Sufría de hongos a repetición, tomaba medicación muy fuerte y un día me desmayé en el baño del colegio. El infectólogo me dijo que me tomara un yogur por día. Y desde entonces se me fueron los hongos para siempre".
Para bien o para mal, las cien toneladas de alimentos que ingerimos durante nuestra vida influyen en nuestra salud. Y muchos de ellos pueden funcionar como algunos medicamentos, según la filosofía de la nutracéutica, una rama de la nutrición cada vez más extendida, dedicada a la investigación y el desarrollo de productos naturales y químico-biológicos que aporten beneficios a la prevención y el tratamiento de enfermedades.
Según los especialistas, las principales patologías que podrían prevenirse con una dieta nutracéutica son la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares. También, "una alimentación personalizada puede prevenir o retrasar el desarrollo de enfermedades vinculadas con determinados genes", afirma el doctor Antonio Quesada, presidente de la Sociedad de Nutracéutica Médica de España, país con vasta experiencia en la materia.

La nutracéutica "natural" se centra en el beneficio que aportan básicamente frutas, cereales y aceites vegetales. Para ella, algunos alimentos contienen tantas propiedades preventivas, y hasta terapéuticas, que los han denominado "superalimentos". Estos son:

1.- Legumbres y semillas: junto con los cereales, son la principal fuente de fibra. Pueden prevenir la obesidad, la diabetes mellitus, el estreñimiento, la diverticulitis y el cáncer de colon. Reducen el nivel de colesterol, tienen mucho hierro, cobre, carotenoides, vitamina B1, niacina y ácido fólico, que previene las enfermedades coronarias y gestacionales.

2.- Arándano: son el bastión de la corriente nutracéutica por sus beneficios antibióticos y desinflamatorios. Son, además, los frutos con más alto valor antioxidante, combaten los radicales libres que desatarían el cáncer. Aumentan el colesterol bueno y ayudan a reducir el daño del cigarrillo. Sus antocianas (pigmentos que le dan el color característico) fortalecen el colágeno (importante en ligamentos y cartílagos) y sus proantocianidinas inhiben el crecimiento de los tumores de pulmón y colon.


3.- Broccoli: por su contenido de ácido fólico, es el alimento que más ayuda a prevenir el cáncer de colon. Una ración aporta tres veces las recomendaciones diarias de vitamina C y la mitad de las de ácido fólico. También contiene un flavonoide antiinflamatorio.


4.- Cereales: especialmente los integrales, han demostrado reducir la presión arterial y evitar ataques al corazón. "Una taza de cereales integrales ayudaría a reducir la presión arterial, el riesgo de diabetes y la enfermedad cardíaca hasta en un 28%," según un reciente estudio publicado en Archives of Internal Medicine. Para ser integrales, los cereales deben tener al menos 25% de granos integrales o salvado.


5.- Naranja: son la fuente más accesible de vitamina C. El ácido cítrico es un fármaco natural: antioxidante por antonomasia, estimula la eliminación de sustancias que no se han metabolizado. Corrige las secreciones anómalas de ácido clorhídrico y "limpia" el hígado y el páncreas. Su celulosa combate el estreñimiento, con una eficacia superior a la de los laxantes químicos.


6.- Zapallo: rebosante de fitonutrientes, mantiene la piel joven y previene del daño solar. Contiene fósforo, calcio, y vitaminas A, B1, B2, B6 y C. Contribuye al buen funcionamiento del intestino.Sus semillas crudas combaten los parásitos intestinales.


7.- Animales marinos: según estudios presentados por la Fundación Nutracéutica Médica de España, las lipoproteínas de la sardina común mostraron producir una reducción del 25% en los niveles de colesterol y triglicéridos en dos semanas de ingesta diaria de 750 mg. La clave reside en los ácidos grasos Omega 3, cuya fuente principal son los animales marinos: sardinas, salmón, atún, caballa, arenque, trucha, calamar, mariscos; frescos, ahumados o enlatados.


8.- Soja: la fuente vegetal más completa de proteína. Diversos estudios evidencian que puede ayudar a controlar enfermedades en las que el factor hormonal juega un papel fundamental, como el cáncer de mama y la menopausia femenina, y que su consumo diario reduciría hasta en un 70% el riesgo de desarrollar cáncer de próstata.


9.- Espinaca: de alta eficacia para prevenir cataratas y degeneración macular relacionada con la edad. Excelente fuente de ácido fólico y betacarotenos, posee vitaminas C, B2, B6 y K. Es remineralizante y eficaz contra el estrés. Las hojas hervidas sirven para combatir inflamaciones urinarias.


10.- Té verde o negro: la segunda bebida más consumida en el mundo, detrás del agua, el té posee mayores propiedades antioxidantes si es verde. Sus xantinas y polifenoles aumentan la excreción del colesterol y los triglicéridos; disminuye el riesgo cardiovascular y la grasa corporal; regula la insulina. El té negro ayuda a la relajación de los vasos sanguíneos debido a sus flavonoides, a la no oxidación del colesterol "bueno", y a prevenir las caries.


11.- Tomate: de origen andino, prevendría el cáncer de próstata. Muchos científicos aseguran que es superior a varios fármacos, puesto que reduce el colesterol, combate infecciones, fortalece el sistema inmunológico, elimina el ácido úrico y disminuye los dolores de la artrosis. La sustancia responsable de estos resultados es el licopeno, un pigmento que se encuentra en un 90% en el tomate y que es más efectivo al cocinarse. El aceite o el queso favorecen su absorción.


12.- Nueces: sus grasas contribuyen a la formación de tejidos durante el crecimiento. Poseen mucho potasio, fósforo, magnesio, hierro, cobre y zinc, así como un alto grado de ácidos grasos poliinsaturados, omega-6 y omega-3, recomendado en personas con cardiopatías. Son útiles para el cerebro, cubierto por una membrana que se "alimenta" de estos ácidos. Indicadas en la anemia por su contenido de hierro y cobre; para la hipertensión, por su alto contenido de potasio y bajo en sodio, y en dermatosis, por su acción de drenaje cutáneo y linfático.


13.- Yogur y similares: fortalecen las defensas por sus prebióticos -no asimilables en las comidas- y probióticos (el acidofilus), cuyo crecimiento es estimulado por los primeros. Después de un tratamiento con antibióticos, el yogur ayuda a recuperar el equilibrio microbiano del organismo. Aporta calcio, proteínas y carbohidratos. Mejora la calidad de vida de personas con cáncer. Su fermentación colabora a contrarrestar la diarrea, la gastritis y el estreñimiento. El premio Nobel de 1908, Ilya Metschnikoff, demostró que su consumo extendía la longevidad de los búlgaros.


14.- Algas: la espirulina es la fuente más rica en B12 (un gramo diario cubre las necesidades, ideal para dietas vegetarianas estrictas); posee triptofano (antidepresivo) y fenilalanina (sensación de saciedad). Cinco veces más rica en hierro que el hígado, sus nutrientes se asimilan muy bien en personas con dificultades digestivas. Las algas kelp, del litoral patagónico (de allí lo de kelpers) son ricas en colina (impide los depósitos grasos en el hígado) y ácido algínico (protector de la mucosa gástrica). Suple carencias de fósforo, magnesio, potasio y zinc. Por su bajo contenido de sodio, es un sustituto ideal de la sal, y su yodo orgánico regula la tiroides. Posee alginato de sodio, que evita en un 90% la absorción del estroncio liberado en la atmósfera y que se relaciona con la leucemia, con el mal de Hodking y con tumores óseos. El alga wakame es anticoagulante y alcalinizante, y el investigador japonés Masayuki Watanabe descubrió que mitiga el efecto de la nicotina.

Alimentos de "diseño"
Carlos Wildeguz tiene 56 años, es divorciado y contador. "Cambié mi alimentación y no voy más al médico", cuenta. Flaco, musculoso y preocupado por estar sano, Carlos decidió modificar su dieta hace un año, por consejo de su gastroenterólogo: "Como vegetales, pescado, pollo; tomo té rojo, porque es antitóxico, y té verde, tés digestivos, energizantes, calmantes y frutas secas. Todas las mañanas bebo un jugo de naranja y limón para depurarme. A la noche, un licuado de hinojo, apio, cebolla, ajo, pepino, zanahoria, tomate. Empecé con esto para mejorar el cuerpo, incorporar minerales y vitaminas que otros logran comiendo mucho. Cambié mi visión de las dietéticas: ya no me parecen para hippies; voy muy seguido. Pero lo que más visito es la verdulería. Y lo que menos hago es ir al médico, porque hace un año que no me enfermo".
"Mucha gente cree que funcional, orgánico y modificado significan lo mismo", dice la licenciada María Cristina López, especialista en alimentos funcionales, miembro del INTI y del Comité de Etiquetado, Nutrición y Alimentos para Regímenes Especiales del Codex Alimentarius en la Argentina.
Si bien todos pertenecen al área de la nutracéutica, los alimentos con vitaminas y/o minerales agregados no son funcionales: pueden ser enriquecidos -si no los contenían previamente- o fortificados -si se les agregó una dosis mayor de una sustancia ya existente-.
Los alimentos funcionales son "alimentos de diseño, que fueron modificados con un fin determinado", explica. Al agregar algún componente saludable a un alimento que no lo contiene, éste se vuelve "funcional".
De todos modos, aclara López, "en nuestro país no hay legislación sobre alimentos funcionales. La denominación no existe". Es más, el artículo 18 del capítulo V del Código Alimentario Argentino indica que "en los rótulos queda prohibido referirse a propiedades medicinales, terapéuticas, o aconsejar su consumo por razones de estímulo, bienestar o salud".
Pero, aun sin legislación, en la Argentina hay cada vez más alimentos funcionales, la mayoría fabricados por las compañías multinacionales. Se estima que la reglamentación llegará este año. Para que un alimento sea considerado funcional, deberá reunir las siguientes condiciones:
Haber sido diseñado con un propósito concreto.
Debe existir evidencia científica sustentable sobre su rol fisiológico.
Debe consumirse como parte de una dieta saludable (porciones).
Su rol debe estar relacionado solamente con la reducción del riesgo de una enfermedad o condición relacionada con la salud.

¿Un futuro sin enfermedades?
"Se viene una explosión en la industria de los funcionales", vaticina la licenciada López. Refiere que "ya se está trabajando a pleno con la inclusión de antioxidantes en bebidas; también lo empiezan a hacer en panificados, y están incluyendo péptidos bioactivos (proteínas) en bebidas". La soja será clave en este futuro sin medicamentos: su proteína aislada industrialmente está siendo incluida en innumerables alimentos desde que la FDA, la administración de alimentos norteamericana, decretó que reducía el riesgo cardíaco.
Las fibras también serán protagonistas: se incorporarán no sólo en panificados, sino también en bebidas y lácteos. Y los animales de consumo son otro gran campo por desarrollar: gallinas que ingieren aceite de pescado y algas, producen huevos enriquecidos con omega tres; cerdos alimentados con algas ya esperan su aprobación de "saludables". Y tendremos carne vacuna magra fortificada con aceites omega. Un caso único es el de Patagonia, la primera vaca del mundo (una ternerita Jersey) transgénica, cuyo ADN posee un propulsor de la insulina humana. Cuando sea adulta, su leche secretará insulina. Fue "creada" en el tambo farmacéutico nacional del laboratorio Biosidus.
También "se está buscando añadir vitamina C a los productos con hierro, o hacer jugos con el hierro de la carne. Muchísimos productos -concluye López- están esperando ansiosos por la aprobación, para salir a ganar su espacio en un mercado que será cada vez más competitivo".
Por Florencia Bernadou

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