lunes, 14 de mayo de 2007

Cenar bocadillos, no a diario

Las cenas que contienen una carga importante de carbohidratos, como los bocadillos, favorecen la acumulación de grasa y los kilos de más

Cenar un bocadillo es un hecho ligado a la vida moderna que no tiene nada de malo para la salud, siempre y cuando no se convierta en una rutina diaria. Los populares bocatas se encuentran al alcance de cualquiera en todo tipo de establecimientos y servicios de alimentación. Incluso los hay en máquinas expendedoras, si bien son las bocaterías los lugares que mejor plasman la fama y el gusto de la población de todas las edades por comer bocadillos.

A un módico precio, hay bocadillos para todos los gustos: recién salidos del horno, integrales, rústicos, fríos, calientes, salados y dulces. La variedad de panes y rellenos alcanza hasta donde llegue la imaginación.

El pan es el protagonista de este alimento, el cual aporta energía en forma de carbohidratos complejos y almidón, además de fibra en las variedades integrales, cierta cantidad de proteínas, algo de grasa y bastante variedad de vitaminas y minerales. En función del relleno del bocadillo, se suman aún más proteínas, junto con una cantidad variable de grasa (nada tiene que ver la pechuga de pavo con el chorizo, el queso o el atún de lata), azúcares (mermelada o miel y crema de cacao azucarada) y otros nutrientes, con lo que finalmente se obtiene un preparado alimenticio muy completo.

No obstante, no conviene que los sabrosos y nutritivos bocatas sustituyan, como norma, a los platos de cuchara y tenedor, ya que así se desplazaría el consumo de otros alimentos que son muy importantes para el buen funcionamiento del organismo.

Bocadillos esporádicos por la noche

Cenar un bocadillo supone un importante aporte de carbohidratos para el organismo en un momento del día en el cual el desgaste físico suele ser mínimo, ya que se produce justo antes del descanso nocturno.

Dado que el organismo no dispone de mecanismos para el almacenamiento de energía a largo plazo, el exceso de carbohidratos nocturnos se acumula en forma de grasa en el tejido adiposo corporal

Cuando se come un bocadillo por la noche, tras la digestión, los carbohidratos del pan quedan reducidos a glucosa, nuestro principal combustible energético. Los órganos que más glucosa consumen de todo el cuerpo son el cerebro, el músculo y el hígado. Es indudable que, mientras dormimos durante la noche, la actividad de esos órganos disminuye notablemente, por lo que no precisan un aporte considerable de este combustible. De este modo, la glucosa no aprovechada como fuente de energía queda circulando durante horas por la sangre.

En condiciones de buena salud el organismo pone en marcha mecanismos hormonales para normalizar esos niveles de glucosa en sangre (glucemia), es decir, secreta la hormona insulina. Esta hormona favorece el paso de glucosa al interior de las células para su aprovechamiento, a la vez que reduce la necesidad de utilizar grasa y proteínas corporales como fuente de energía alternativa. Además, dado que el organismo no dispone de ningún mecanismo para el almacenamiento específico de energía a largo plazo en forma de carbohidratos, su exceso se acumula como triglicéridos (grasa) en el tejido adiposo corporal.

Estos aspectos explican el por qué cenar de bocata favorece la acumulación de grasa y la tendencia a ganar peso más fácilmente que otras combinaciones de alimentos con un contenido más reducido de carbohidratos.

Bocadillos frente a platos de cuchara y tenedor

A modo de ejemplo y, como muestra la tabla, una cena compuesta de verdura y patata junto con un segundo de tortilla y algo de pan contiene muchos menos carbohidratos que cualquier bocadillo. Asimismo, la tabla refleja cómo el relleno, más o menos graso, afecta al cómputo total de calorías: desde las 476 calorías del bocata de jamón, con un aporte de tan solo 9 gramos de grasa, hasta las 630 del de chorizo. Quienes quieren mantener un buen peso corporal deberían considerar estos aspectos, según sus necesidades energéticas y condiciones de salud.

Ejemplos Calorías Proteínas (gramos) Grasas (gramos) Carbohidratos (gramos)
Media barra de pan con 8 lonchas de chorizo 630 27 27 74
Media barra de pan con 1 lata pequeña de atún en aceite y salsa de tomate 578 29 20 74
Media barra de pan con 4 lonchas de jamón sin grasa 476 31 9 73
Puré de verdura y patata, tortilla de jamón sin grasa y 4 dedos de pan de barra 496 19 28 44


Fuente:http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/salud_y_alimentacion/

RECETAS PARA ELABORAR CENAS NATURALES:

http://www.asesorianutricional.com.ar/recetas.html

1 comentario:

liliana dijo...

Muy buen artículo para hacernos reflexionar…
Luego de una cena en una pizzería con amigos, donde la charla ni nos permite tomar conciencia de lo que ingerimos, sentimos un malestar y nos preguntamos la causa, alegando que tanto no comimos… En esta nota está la respuesta. La base es la misma: harina, materia grasa y levadura. Pero, además estamos haciendo un cóctel importante de alimentos que a nuestro organismo le cuesta mucho asimilar y procesar… En una sola comida incorporamos carne vacuna, de cerdo, pescado y ave. Diversos vegetales y legumbres (tomate, cebolla, choclo, acelga, champiñones, morrones, piña, olivas, papas, etc.) Sin olvidar los quesos de distintos niveles de grasa más el agregado de huevo, aceites y sal.
En nuestro país es casi una cena obligada de fines de semana con la justificación de “regalarnos” un grato momento un día de descanso… Y nuestro organismo puede prepararse para tanto trabajo extra?