Pastas, el primer escalón
Son base de la alimentación moderna. Aportan energía, no contienen grasas y, bien acompañadas, pueden integrarse a dietas hipocalóricas
En el mismo escalón que los cereales, las legumbres y los vegetales feculentos (como la papa), las pastas (cereales, en definitiva) ocupan un lugar destacado en la pirámide alimentaria de la nutrición moderna. Conquistaron las mesas del mundo, y esa combinación de harina de trigo –blanca o integral, el cereal más utilizado– más huevos o agua que la aglutine, se transformó en uno de los alimentos de mayor consumo y en una de las industrias más florecientes del siglo pasado, en permanente renovación. Sus atributos –son económicas, rendidoras, dúctiles para combinarlas con otros ingredientes, sustanciosas, aptas para todas las edades– fueron sumando ventajas.
Para la diabetes: vale el mismo consejo porque el nivel de azúcar va subiendo lentamente.
Como son base de almidón, aportan energía, que podrá ser de absorción más o menos lenta, según el laminado de la pasta.
Sabiendo elegirlas, el beneficio está en relación directa con su tipo, cocción e ingredientes que las acompañen.
- Saciedad prolongada: elegir cinta ancha, mostachol, moño, tirabuzón, y cocinar al dente para que permanezcan mucho tiempo trabajando en el estómago, alejando así la sensación de hambre. Son las pastas que se recomiendan en las dietas para bajar o mantener el peso. porque se absorben lentamente y sostienen más tiempo la energía aportada.
- Para los deportistas: durante el entrenamiento, se prefiere la pasta gruesa. Posteriormente, cuando haya que reponer el azúcar que se perdió durante la actividad física, se aconseja la fina.
- La pasta bien fina y larga: los spaghetti, las cintitas angostas, el tallarín, se cocinan del todo y son de tránsito rápido, aconsejables para quienes no deben preocuparse si al poco tiempo vuelven a sentir languidez y necesidad de comer.
- Las cortas, para sopas: tienen el efecto de la pasta finita. Se recomienda para que los chicos inapetentes vuelvan a tener hambre más rápido. Lo contrario es para los que tienen sobrepeso.
- De colores: cuando están hechas con zanahoria, espinaca u otras verduras, no reemplazan al producto de la huerta, pero resultan útiles para agregar colores a la mesa y aportan nutrientes porque muchas están fortificadas con hierro y vitaminas.
Por Miriam Becker
Asesoró la licenciada en Nutrición Andrea Rochaix
¿Engordan? Todo depende de la cantidad y de cómo se las acompañe. Cien gramos de pastas secas tienen 350 calorías (las frescas, unas 30 más), pero el secreto es consumirlas en blanco (con un poco de aceite), una salsa liviana de tomates o verduras (crudas o cocidas) y poco (o nada) queso. Las pastas de harina integral son buena opción: disminuyen el índice glucémico, es decir, el incremento de la glucosa (o azúcar en sangre) después de comer.
Fuente: Revista La Nacion 20 de mayo 2007
Recetas de pastas integrales y recetas naturales:
http://www.asesorianutricional.com.ar/pastas-salsas.htm
Porque se considera a las pastas primer escalon?
Respuesta:
http://www.asesorianutricional.com.ar/piramide-nutricional.htm
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