viernes, 31 de agosto de 2007

LA IMPORTANCIA DE LAS ESPECIAS EN LA ALIMENTACIÓN

De origen mayoritariamente asiático las especias eran consideradas en la antigüedad auténticos tesoros. Al punto de que se utilizaban frecuentemente como moneda de cambio y algunas llegaron a ser más valiosas que el propio oro. ¿Y qué las hacía tan codiciadas? Pues sus propiedades conservantes, aromatizantes y potenciadoras del sabor así como sus conocidas capacidades terapéuticas. Estas características, sumadas a la ingente variedad de especias y hierbas aromáticas que podemos encontrar en el mercado y a su versatilidad en la cocina las convierten en productos que, sin duda, valen realmente a veces su peso en oro.

Desde tiempos inmemoriales el hombre se ha valido de las especias y hierbas aromáticas para múltiples usos. Las ha empleado como remedio medicinal, como condimento, como conservante, como moneda de cambio, como herramienta en ritos mágicos o religiosos y hasta como regalo propio de reyes y dioses. Hoy se las valora fundamentalmente por su empleo culinario para modificar, reforzar y/o potenciar el sabor de diferentes platos. Nutricionalmente su aportación no es significativa salvo en algunos casos concretos -como el del perejil, muy rico en vitamina C- pero está constatado que muchas son interesantes herramientas terapéuticas con las que aliviar o mejorar en diversas dolencias lo que las convierte en mucho más que un simple condimento.

DESDE LA ANTIGÜEDAD

El doctor Josep Lluís Berdonces dice en su libro Especias y plantas aromáticas. Guía completa de condimentos que refuerzan los sabores y la salud (Océano Ámbar, 2001) que "las especias se producen a partir de cualquier parte de la planta -aromática, se sobreentiende- ya sea la raíz, el tallo, la corteza, la hoja, la flor, la semilla u otras partes específicas de ésta".
Muchas proceden de distintas regiones de Asia y de las Islas Molucas (en Indonesia) que, de hecho, se conocen como "Islas de las Especias". La primera noticia que se tiene de su uso -en concreto de la semilla de sésamo- procede según el doctor Berdonces de un mito asirio que recoge que Dios bebió vino de sésamo la noche antes de comenzar la Creación. También afirma el autor que el cardamomo ya era utilizado por los babilonios cuatro milenios antes de Cristo y que, junto a la canela y la pimienta, fue la primera especia que viajó por el Mediterráneo. Sin embargo, al parecer es la alcaravea la primera de la que se tiene constancia histórica y data del año 3.000 a.C. Bastante tiempo después el médico griego Pedanius Dioscórides aportaría ya datos precisos al recoger sus observaciones sobre el empleo terapéutico del jengibre, la pimienta, la mostaza, la mejorana, el cilantro, el tomillo, el anís y el azafrán en su De Materia Medica (siglo I dC). Desde entonces -a lo largo de los siglos- se han ido ampliando esos conocimientos.
Hoy se ha optado por dividirlas en dos grandes grupos:
a) Las que modifican el sabor o el aspecto. Las más usadas son la albahaca, el azafrán, la canela, el comino, el eneldo, el estragón, el hinojo, el jengibre, el laurel, la menta, el orégano, el perejil, el pimentón, el romero y el tomillo.
b) Las que excitan el paladar. Entre ellas están la pimienta, el clavo, el cebollino o la nuez moscada, entre otras. Ahora bien si la clasificación recogiera las especias más empleadas a nivel mundial los primeros puestos estarían ocupados por la canela, la pimienta, el pimentón, el chile, el cardamomo, el clavo y la nuez moscada. Y si las colocáramos por precios el primer lugar lo ocuparía el azafrán junto al cardamomo y la vainilla.

LAS PRINCIPALES ESPECIAS

¿Y qué tiene de peculiar cada especia? Necesitaríamos páginas y páginas para describirlo dado el elevado número de ellas que se conocen actualmente por lo que mencionaremos únicamente las más empleadas en nuestra cocina:

Albahaca.
Se considera una de las plantas aromáticas de las que siempre deberíamos disponer en la cocina. La conocemos gracias a griegos y romanos y muchos la consideran la "hierba mediterránea" por excelencia aunque proceda de la India. De ella -en sus más de 40 variedades- sólo se emplean las hojas, ya sean frescas o secas. Se recomienda comerla cruda o, si no es posible, agregarla al final de la preparación del plato para que no pierda su aroma. Respecto a su utilidad terapéutica el doctor Berdonces afirma que "presenta un efecto antiespástico y estomacal ya que relaja el tubo digestivo. Su aceite esencial tiene efecto antiséptico, incluso de tipo antibiótico. Se desconocen los efectos secundarios o tóxicos".

Anís.
Es una de las especias más antiguas. Ya la empleaban, por ejemplo, los egipcios. Aparte de para aromatizar panes y dulces sus semillas se usan para elaborar licores como el ouzo griego, la mastika búlgara y el anís. Existen distintas variedades pero en mayor o menor medida todas son útiles como remedio digestivo, especialmente como carminativo, es decir, para reducir las flatulencias. El anís relaja el sistema neuromuscular reduciendo los espasmos o contracciones dolorosas. Cabe añadir que su ingesta aumenta la secreción de leche materna.

Azafrán.
Se considera que fue introducido en España en torno al siglo X de la mano de los árabes que lo empleaban como condimento, como medicina y como tinte. Actualmente nuestro país es, junto con Irán, el mayor productor mundial de esta carísima especia. Se obtiene a partir de los tres estigmas de la flor de una planta que sólo florece durante dos semanas al año. ¿Y por qué su elevado precio? Pues porque además de que su cultivo, recolección y manipulación son muy delicados se necesita casi medio millón de estigmas para obtener un kilo de azafrán. Entre sus cualidades terapéuticas destaca que es un excelente purgante además de anticatarral, expectorante, sudorífico, tónico, sedante y regulador menstrual. También se dice que puede ser abortivo tomado en grandes cantidades.

Canela.
Quizás sea la especia más utilizada en el mundo, principalmente para aromatizar postres. Se obtiene de la corteza interior de un árbol llamado "Canelera de Ceilán" (Ceilán es la actual Sri Lanka) y se puede adquirir molida o en rama. Contiene taninos, pectina, sacarosa, oxalato de calcio y aceites esenciales, entre otros componentes. Es carminativa, estimulante, aromatizante y, en forma de aceite esencial, antiséptica y antibiótica. Además estimula los sistemas nervioso, circulatorio, respiratorio y gastrointestinal.

Cardamomo.
Hay dos tipos: el cardamomo amargo y el blanco. De aroma muy agradable es, junto al azafrán y la vainilla, una de las tres especias más caras. Se la adjudican numerosas propiedades terapéuticas. Así, se dice que tonifica, aumenta el apetito, estimula la digestión y mejora la función renal. Se utiliza en indigestiones, sensación crónica de náuseas y malestar estomacal, vómitos matinales y diarreas prolongadas. También resulta útil al parecer para aliviar afecciones respiratorias y pulmonares. Asimismo ayuda en los problemas de falta de memoria y en casos de fatiga física y mental. Se asegura igualmente que es eficaz en las cistitis y en las irritaciones de las vías urinarias. Y es útil en caso de sufrir palpitaciones

Clavo.
Es una especia muy aromática que conocemos gracias a los árabes y que se usa habitualmente para condimentar salsas, carnes e, incluso, pasteles. Se considera un buen antiséptico y desinfectante por sus propiedades antibióticas siendo útil además para tratar dolencias estomacales, reforzar el hígado y el corazón y mitigar la halitosis o mal aliento.

Comino.
Muy utilizado, especialmente en los países mediterráneos y en la India. Griegos y romanos lo empleaban para evitar el meteorismo y las flatulencias y los árabes lo consideran un buen afrodisíaco. Además parece tener propiedades calmantes y antiespasmódicas. Eso sí, procure utilizar las semillas enteras porque cuando se muele el comino pierde parte de su sabor.

Eneldo.
Pertenece a la misma familia botánica que el perejil y se caracteriza por ser aromático y dulce. Combina muy bien con otras plantas aromáticas y se suele utilizar en la elaboración de salsas, caldos, verduras, pescados y mariscos. Se considera un buen antiséptico pero, sobre todo, un excepcional carminativo. De hecho, la tradición dicta que las tisanas de eneldo son útiles en casos de cólicos, gases y trastornos intestinales.

Estragón.
Además de digestiva se recomienda como estimulante del apetito y para eliminar líquidos. Colocar la raíz en las muelas doloridas produce además un alivio notable. Su uso más habitual es como aliño en ensaladas. Es mejor optar por las hojas frescas para aprovechar todo el aroma.

Laurel.
Griegos y romanos la consideraban una planta tan especial y con propiedades medicinales tan poderosas que incluso a Esculapio -dios romano de la Medicina- se le representa coronado con sus hojas. Pues bien, esta planta sagrada suele emplearse para aromatizar todo tipo de platos entre los que destacan los estofados y las sopas. En cuanto a las propiedades que le reconocían aquellas culturas y que se han contrastado posteriormente destaca que abre el apetito, facilita la digestión y alivia dolencias respiratorias. Además es diurética y reduce los gases. Un truco: si rompe un poco las hojas al añadirlas al guiso se potenciará el sabor que confiere el laurel.

Nuez moscada
Es una de las especias más habituales en nuestra cocina. El historiador romano Plinio El Viejo ya la menciona en su Historia Naturalis que data del siglo I. Desde entonces se le reconocen propiedades para eliminar el mal aliento, rebajar la fiebre, aliviar el dolor de cabeza y prevenir los gases intestinales. Algunas culturas, además, la consideran afrodisíaca. Es útil para acompañar tanto platos dulces como salados pero ¡ojo! porque si no somos cuidadosos con la dosis de nuez que añadimos podemos "pasarnos de sabor".

Orégano.
Es muy típico de las cocinas griega e italiana. Su sabor y olor son tan peculiares que permiten reconocerla fácilmente en cualquier plato, ya sea crudo o cocinado. Precisamente por su aroma penetrante los médicos lo quemaban antiguamente para perfumar y desinfectar con él los lugares donde se producían muertes por epidemia. Hoy se considera recomendable para aliviar la tos y el asma, dilatar los bronquios, hacer una buena digestión y combatir el meteorismo.

Perejil.
Sirve para condimentar prácticamente cualquier plato no sólo por su aroma suave sino porque refuerza el sabor de otras hierbas aromáticas sin enmascarar el del propio plato al que complementa. Es muy rico en vitaminas A y C, y contiene cantidades interesantes de hierro, cobre y yodo. Pero además de por estas cualidades nutricionales el perejil es conocido desde antiguo por sus propiedades terapéuticas. De hecho, según cuenta en su libro el ya mencionado doctor Berdonces, "tanto Dioscórides como Plinio consideraron esta planta como diurética y emenagoga (hacía bajar las reglas)". También se considera que es recomendable para dolencias estomacales, para ayudar a eliminar piedras del riñón y para mejorar el aliento.

Pimentón.
Dulce o picante, contiene abundante vitamina C, flavonoides y provitamina A. Se sabe que ejerce sobre el organismo -especialmente sobre el aparato digestivo- una acción tónica y estimulante. Eso sí, hay que ser cuidadoso con su consumo especialmente si se tiene el estómago delicado ya que en dosis altas puede ser purgante y provocar dolores estomacales. Suele añadirse a multitud de platos pero especialmente a los guisos y estofados de carnes, verduras y legumbres.

Pimienta.
En su día llegó a ser tan apreciada que incluso se pagaba por ella su precio en oro. Existen muchas variedades de pimienta pero las más empleadas -al menos en nuestro país- son la blanca (de sabor picante fuerte pero de aroma suave), la negra (tanto su sabor como su aroma son más intensos) y la verde (es ligeramente picante y su aroma es fresco). Dioscórides decía de ella que "calienta, provoca orina, digiere y limpia la suciedad". En general los expertos prefieren la pimienta entera a la molida pues de ésta se han volatilizado parte de los principios que generan su picante sabor. Lo ideal es tener en casa un molinillo de pimienta para añadirla directamente a los platos.

Romero.
Es una planta originaria de la cuenca del Mediterráneo y a la que se considera muy adecuada para condimentar carnes (dicen que especialmente las de cerdo, conejo, pollo o cordero), arroces, patatas y verduras. Popularmente se afirma que refuerza la memoria y la inteligencia y que da suavidad al cabello. Además se sabe que es hepatoprotectora y que tonifica el organismo en situaciones de tensión baja o fatiga. En muchos lugares se sigue fabricando artesanalmente alcohol de romero que, utilizado de forma tópica, alivia los dolores reumáticos.

Tomillo.
Galeno, el insigne médico griego, lo consideraba el más potente antiséptico conocido hasta entonces. Y precisamente esa propiedad -que permite conservar durante más tiempo los alimentos a los que se añade- le hizo ser tan apreciado en siglos pasados. Hoy se utiliza para aromatizar guisos, estofados, sopas, carnes y pescados así como para dar un toque final de sabor a los platos que llevan tomate. El tomillo se recomienda cuando se sufren digestiones lentas acompañadas de meteorismo y dolencias respiratorias (tos, bronquitis, faringitis, etc.). Además equilibra la tensión, fortalece el pelo, se recomienda para el lavado de heridas y en forma de aceite esencial se considera un antibiótico más potente que muchos de los conocidos.

Vainilla.
Es complicada de obtener y de ahí de elevado coste. Se utiliza para endulzar todo tipo de postres, cremas, helados, natillas y tartas. Actúa como estimulante aromático, digestivo, aperitivo y tónico cardíaco. Se ha recomendado en el tratamiento de la impotencia y en los problemas de disminución de la libido por su carácter presuntamente afrodisíaco.
Finalizamos añadiendo que muchos autores incluyen entre las especias más interesantes el ajo y la cebolla por lo que debemos mencionarlas aunque sea de forma escueta. Sobre las propiedades nutricionales y terapéuticas del ajo hemos hablado largo y tendido en el nº 75 de la revista y sobre la cebolla cabe decir, brevemente, que contiene vitaminas, polifenoles, minerales y distintos ácidos y aceites considerándose eficaz en el tratamiento de numerosas dolencias siendo especialmente útil su acción expectorante en caso de resfriados y congestiones pulmonares.

UN TESORO EN LA COCINA

Para resaltar sabores, para aromatizar guisos, para dar color a los platos... Son muchas, en suma, las utilidades de las especias, un auténtico tesoro botánico que si bien no se caracteriza por aportarnos cantidades importantes sí resulta recomendable para prevenir numerosas dolencias y, en concreto, las asociadas al propio proceso de digestión. De hecho, constituyen uno de esos pocos productos que han dado el salto de la botica a la cocina y ese simple hecho justifica que las utilicemos a diario para dar un toque saludable extra a nuestros alimentos.


Laura Jimeno


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Otras especias y plantas aromáticas

Son muchas las especias existentes y no es posible en tan corto espacio hablar de todas ellas por lo que a las ya mencionadas en el texto central de este artículo añadiremos sólo algunas de las más conocidas y usadas:
Achiote: típica de la cocina mexicana, aporta sobre todo vitamina A y betacarotenos.
Alcaparra: estimula el apetito.
Alcaravea: muy popular en la cocina escandinava. Se la considera estimulante del aparato digestivo, un buen alivio para los cólicos flatulentos y un remedio eficaz para bajar la fiebre.
Angélica: los fitoterapeutas la utilizan contra las infecciones, los problemas hepáticos y las digestiones complicadas.
Cebollino: contiene vitamina C y se le considera estimulante del apetito, digestivo, antiséptico y cardiotónico.
Cilantro: altamente digestivo y sedante. También se le conoce como perejil chino o coriandro.
Cúrcuma: es antioxidante, protege la función hepática y alivia dolencias estomacales. Puede sustituir al azafrán en los platos de arroz.
Curry: no es una especia en sí misma sino la mezcla de entre 16 y 20 variedades. Se prepara con cilantro, comino, canela, cúrcuma, clavo, mostaza, apio, pimienta negra, guindilla y ajo, entre otras.
Enebro: tiene sabor similar a la canela. Estimula el apetito y es antiinflamatorio y antiséptico.
Hierbabuena: pariente de la menta pero de sabor más suave.
Hinojo: facilita la digestión y posee propiedades diuréticas, antiinflamatorias, estimulantes y antiespasmódicas.
Jengibre: purifica la sangre, combate la flatulencia, facilita la digestión y alivia los síntomas del resfriado. Se considera antirreumático.
Mejorana: estimula la producción de jugos gástricos.
Menta: estimulante, carminativa y expectorante reduce además la fiebre y alivia los vómitos. De ella se conocen más de mil especies.
Mostaza: ya los asirios y los sumerios -en el tercer o cuarto milenio antes de nuestra era- la conocieron. Es un potente estimulante digestivo pero no se recomienda a las personas de estómago delicado.
Salvia: combate las afecciones gastrointestinales. Es diurética, reduce los sofocos propios de la menopausia y es útil para hacer gárgaras en caso de faringitis.
Sésamo: contiene ácidos oleico y linoleico además de vitamina E.


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Usos más frecuentes de algunas especias

Una de las principales propiedades de las especias es su innegable capacidad para potenciar el sabor de los platos a los que se añaden. Pero, ¿a qué plato le va bien qué especia? Los expertos en cocina afirman que determinadas especias son el acompañante ideal para determinados alimentos. Las combinaciones más adecuadas -al menos de las especias que nunca faltan en las despensas mediterráneas- son las siguientes:
Albahaca: con huevos, pescados, mariscos, legumbres, algas, judías verdes, berenjenas y tomates.
Azafrán: con arroces y pescados.
Canela: en postres y helados.
Clavo: en carnes y salsas para pescado.
Comino: con legumbres, arroces y verduras cocinadas. Si se tuestan ligeramente las semillas se resalta aún más el sabor de esta especia.
Eneldo: acompañando pescados, sopas y huevos.
Laurel: en carnes, legumbres, sopas y un sinfín de platos
Nuez moscada: patatas, carnes, quesos, cremas de verdura y algunos postres.
Orégano: quesos, ensaladas, arroces, pizzas, pasta, etc.
Perejil: ingrediente de numerosos platos, ensaladas y salsas.
Pimienta: para todo tipo de platos.
Romero: asados, patatas y patés.
Tomillo: caldos, pescados y verduras.

Fuente original:http://www.dsalud.com/alimentacion_numero79.htm

RECETAS NATURALES: http://www.asesorianutricional.com.ar/recetas.html

lunes, 20 de agosto de 2007

Condimento de jengibre

El condimento por excelencia de la cocina oriental, muy empleado en la medicina china, japonesa e hindú

La palabra jengibre puede resultar para muchas personas un término conocido pero al mismo tiempo difícil de describir. Se trata de un condimento muy apreciado en todo el mundo desde hace miles de años, que se emplea también por sus propiedades medicinales. Esta hierba se cultiva en las regiones de India, China y en casi todas las regiones tropicales de América y del continente africano.

Dulce, picante y ligeramente amargo


El jengibre es una atractiva planta con pequeñas flores amarillas y violetas que recuerdan a los lirios. La parte que se usa como especia es la raíz gruesa, que se conoce con el nombre de rizoma.

Es el rizoma la parte esencial de la planta, tiene un sabor dulce e intensamente aromático, por lo que se emplea en numerosas preparaciones. El jengibre contiene una sustancia llamada gingerol que proporciona un sabor picante a este condimento.

Un buen digestivo


El jengibre se ha empleado durante muchos años con fines curativos gracias a los componentes que presenta en su composición. Resulta ideal para combatir las malas digestiones acompañadas frecuentemente de náuseas, vómitos, mareos, así como para eliminar gases. Una fórmula excepcional para quienes sufren problemas digestivos es tomar una infusión de jengibre. Es algo tan sencillo como trocear una parte de rizoma y pulverizarlo. Se añade una cucharada sopera por cada taza de agua y se deja hervir entre 3 y 5 minutos.

La planta de jengibre también se emplea en afecciones respiratorias, estimula la circulación, ayuda a recobrar el apetito y actúa como laxante y analgésico.

¿En qué forma se encuentra?


El jengibre se puede adquirir fresco, seco, en conserva, confitado y hasta recubierto de chocolate y puede estar en distintos formatos; molido, cristalizado, cortado en lonchas o en palitos.

El rizoma fresco de la planta se conserva bien en refrigeración durante 3 semanas sin pelar hasta el momento de consumo. Para mejorar su conservación se puede mantener congelado durante meses.

El jengibre seco se conserva durante más tiempo que el fresco, sin embargo, con el tiempo puede ir perdiendo algo de olor y de sabor. Para que conserve sus propiedades medicinales y organolépticas -olor, aroma, sabor-, se ha de guardar en recipientes herméticos y almacenar en lugares frescos y secos. La forma de presentación más utilizada es la del jengibre molido a partir del rizoma seco. También se puede encontrar el jengibre cristalizado, que son los trozos de rizoma seco, escarchados y recubiertos de azúcar.
Otra forma de adquirir el jengibre es en conserva, y recibe el nombre de tronco de jengibre. Los rizomas frescos están macerados en almíbar y se suelen conservar en tarros de cerámica a temperatura ambiente hasta abrir el envase.

También se puede encontrar jengibre en infusiones, como aceite esencial o en cápsulas.

Para lo dulce y lo salado


El jengibre es un condimento que se adapta a muchas elaboraciones, tanto dulces como saladas. Como condimento se emplea en salsas -como la de soja o el curry-, sopas y cremas, carnes, aves , pescados, mariscos y hortalizas. También se utiliza para aromatizar postres de fruta -especialmente manzanas y plátanos asados- así como para elaborar repostería -pasteles, tartas, galletas, bizcochos o panes dulces-.

Eso sí, a la hora de añadir el jengibre se ha de hacer en su justa medida debido al intenso sabor y al aroma que desprende. Su sabor es muy fuerte, algo picante y muy aromático, lo que significa que al utilizarlo conviene ir probando hasta lograr el sabor deseado. Esta especia tiene como particularidad que a medida que se cocina se torna agradable, perdiendo su sabor picante, pero nunca pierde su aroma.

Fuente: http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/complementos_dieteticos

miércoles, 15 de agosto de 2007

Oscura miel antioxidante

El resultado de un estudio confirma que la miel de mielada dobla al resto de variedades en cuanto a propiedades antioxidantes

La imagen de unas abejas recolectando polen de las flores en primavera no se asocia a otro tipo de miel que éstas extraen de las heces de unos pulgones que parasitan en la corteza de los árboles y que, a su vez, se nutren de la sabia secretada. Investigadoras españolas confirman que esta miel, que es especialmente dulce, supera de largo a todas las otras en cuanto a propiedades antioxidantes.

JORDI MONTANER
6 de agosto de 2007

onocida como miel de mielada, mielato, miel de rocío, miel salvaje o de bosque, ésta marca una diferencia notable con las florales. Para su elaboración las abejas se sirven, en lugar del polen recolectado, de algo tan curioso como las secreciones de pulgones, cochinillas y otros insectos chupadores de savia que normalmente parasitan en pinos, abetos, encinas, alcornoques y algunos arbustos. Suele ser de color muy oscuro, se solidifica con dificultad y a menudo desprende un olor especiado, resinoso. La variedad que procede de pinares se distingue por un peculiar sabor a pino, y es muy apreciada por su uso medicinal en la Europa oriental y en Turquía.

Rosa Ana Pérez, Lucía Vela y Cristina de Lorenzo, del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), han publicado en la revista Journal of the Science of Food and Agricultura un estudio encaminado a determinar qué tipo de miel posee más propiedades antioxidantes. Los resultados descubren que, en este aspecto, la miel de mielada dobla a todas las demás.

Un néctar saludable

Son incontables los estudios epidemiológicos que vinculan el consumo de antioxidantes, a través de una dieta basada en frutas y verduras, con la prevención no sólo de enfermedades vasculares, sino también de cáncer o diabetes.

Respecto a la miel, lo último en anunciarse son sus propiedades prebióticas y un estudio de la Universidad de Purdue (West Lafayette, Indiana), que asegura que la combinación de miel con suplementos cálcicos aumenta la reabsorción mineral de los huesos y garantiza su metabolismo. Pero el trabajo del IMIDRA con miel de mielada introduce una variante importante en los beneficios que se suponen al dulce néctar. El origen de la miel o la forma en la que las abejas la hayan elaborado puede tener mucho que ver con sus propiedades.

Pérez y el grupo de investigación estudiaron, en realidad, 36 mieles distintas, compararon sus efectos y hallaron que sólo una despuntaba de todas las demás en cuanto a propiedades antioxidantes. La capacidad de las distintas mieles para eliminar radicales libres del torrente sanguíneo se fijó en una media del 28,7%, pero sólo la miel de mielada exhibió un 66,8%. Los componentes de naturaleza antioxidante identificados en la miel son los fenoles, el ácido ascórbico, la glucosa-oxidasa, la catalasa y la peroxidasa. Entre todos estos componentes, la parte dura del trabajo parece recaer principalmente en los fenoles.

La miel proporciona un mejor funcionamiento de riñones e intestinos, favorece la actividad del cerebro e inhibe ciertas bacterias

Se trata de un producto fácilmente digerible, ya que las moléculas de azúcar de la miel se transforman con facilidad en otros azúcares. Se dice que su consumo regular ayuda a un mejor funcionamiento de riñones e intestinos. Se difunde rápidamente a través de la sangre, constituyendo una fuente de energía de efecto inmediato (con agua tibia tarda sólo siete minutos). Sus monosacáridos favorecen la actividad del cerebro, el órgano que más azúcar consume. La miel ejerce un efecto inhibitorio contra las bacterias. Su elevado contenido en azúcares imita la cantidad de agua que los microorganismos necesitan para crecer. También su bajo pH y su peculiar composición química privan a las bacterias del nitrógeno necesario para su reproducción.

Por si fuera poco, la miel es rica en minerales como magnesio, potasio, calcio, sodio, cloro, azufre, hierro y fosfatos. Contiene vitaminas B1, B2, C, B6, B5 y B3, variando en cantidades según las cualidades del néctar y el polen del cual proviene.

Con aplicaciones tópicas

En aplicación tópica, la viscosidad de la miel proporciona una barrera protectora que impide que las heridas se infecten. Suministra un ambiente húmedo cicatrizante que permite que las células de la epidermis se regeneren a través del surco de la herida con la superficie de la misma, impidiendo así la deformación de la piel. La miel también estimula la formación de nuevos vasos capilares y el crecimiento de los fibroblastos que reemplazan el tejido conectivo en las capas más profundas de la piel, así como da pie a la producción de fibras de colágeno, que fortalecen la reparación del tejido.

La viscosidad de la miel protege de infección de las heridas, así como estimula la reparación del tejido

De esta forma, una cataplasma con miel impide la formación de costras y tejido fibroso, de manera que se previene la necesidad de injertos de piel, incluso en heridas de cierta envergadura. Pese a su aspecto, la miel no se pega a los tejidos heridos sobre los que se aplica, por lo que no se arrancan tejidos nuevos ni hay dolor cuando se cambian los vendajes. Ejerce también una acción antiinflamatoria que reduce la hinchazón en torno a las heridas.


No del todo inocua

La apicultura llegó a nuestro país probablemente por medio de la cultura musulmana. Sus escrituras rezan: «tu Señor ha inspirado a la abeja. Construye su morada en las montañas, en los árboles y también en las estructuras que erige el hombre. Luego, se nutre de todo tipo de frutos y deambula dócilmente por los caminos de tu Señor. De su vientre, además, sale un jarabe de color diverso que contiene una cura para los hombres. Ciertamente hay en ello un signo para la gente que reflexiona [...]» (Corán: 16:68-69).

Del uso de la miel, sin embargo, se derivan registros históricos todavía más antiguos. Los traslados de cuerpos humanos en la antigüedad se hacían sumergidos en miel. Alejandro Magno, una vez muerto, fue trasladado desde Babilonia hasta Alejandría en el 323 a.C. cubierto de miel con el fin de evitar la descomposición. Los egipcios la empleaban en sus momificaciones.

Pero la miel no sólo recibe elogios. Los rododendros y azaleas (arbustos pequeños de entre dos y cinco metros de altura) producen un néctar altamente venenoso para los humanos, aunque inofensivo para las abejas que, de este modo, elaboran una miel mortífera. En algunas regiones del mundo las colmenas se vacían inmediatamente después de la temporada floración de estas especies vegetales, eliminando cualquier residuo para evitar envenenamientos accidentales.

Existen historias del uso de miel venenosa como arma de guerra en la antigüedad, pero la temida miel venenosa es muy difícil de encontrar en circunstancias naturales. La propia forma que presentan las azaleas dificulta a las abejas el acceso al néctar de la flor y, en la época en la que florecen, abundan otras flores mucho más fáciles y atractivas para las abejas.

Al margen de esta consideración, incluso la miel más sana puede resultar tóxica para los bebés. Esto se debe a que, al mezclarse con los jugos digestivos poco alcalinos de los recién nacidos, favorece el crecimiento de esporas de la bacteria Clostridium botulinum, famosas por su toxicidad. Las esporas que causan el botulismo son de las pocas de origen bacteriano capaces de sobrevivir en la miel. Aunque la acidez estomacal de los adultos contrarreste su proliferación e impida que segreguen toxinas, el sistema digestivo de los niños más pequeños no se halla lo suficientemente desarrollado para hacerles frente, y por esta razón los pediatras aconsejan no alimentar con miel ni ningún otro edulcorante a niños menores de 18 meses.


FUENTE:http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/salud_y_alimentacion/

ARTICULO RELACIONADO

http://www.asesorianutricional.com.ar/miel-colmena.html



martes, 7 de agosto de 2007

Los beneficios del sésamo

El sésamo, por sus propiedades nutricionales, se recomienda sobre todo a personas vegetarianas
El sésamo es una planta originaria de la India y de África. Desde ahí llegó a América transportada por los esclavos. En sus inicios, se utilizaban sus semillas para espesar y dar sabor a gran variedad de platos. Actualmente, son unas de las semillas oleaginosas (aceitosas) más utilizadas en la cocina y en la repostería internacional, sobre todo en la oriental.

Interesantes propiedades

Las semillas de sésamo poseen una cantidad elevada de proteínas, además de ser ricas en metionina, un aminoácido esencial. Las grasas que contiene son «grasas buenas», es decir, insaturadas. Éstas, junto a la también presente lecitina, convierten a las semillas en un alimento que contribuye a reducir los niveles de colesterol sanguíneo.

También son una fuente importante de diferentes minerales como el calcio, que interviene en la formación de huesos y dientes; el zinc, mineral que participa en el metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas; y el hierro. Por último, las semillas de sésamo poseen buenas cantidades de fibra, por lo que su consumo resulta beneficioso para la regulación de la función intestinal.

No sólo en semillas

El sésamo contribuye a reducir los niveles de colesterol y es beneficioso para la regulación de la función intestinal

La forma más común de adquirir y consumir sésamo es en forma de semillas. Pueden encontrarse tanto incluídas en productos (pan tostado o galletas) como solas, para así añadirse a gran variedad de platos. Son ideales para enriquecer ensaladas o platos de pasta o arroz, gracias al peculiar sabor y la textura que presentan.

Otro de los modos más frecuentes de encontrar esta planta es en aceite. Éste se obtiene a partir del prensado en frío de las semillas. Conviene tener en cuenta que, para poder aprovechar todas las propiedades de este aceite, es importante comprarlo sin refinar.

Existen diversas formas para incluir este alimento en la dieta. Por ejemplo, se puede preparar en forma de tahini , una pasta de sésamo de consistencia cremosa muy sencilla de preparar; en forma de gomasio, nombre que recibe la sal de sésamo; o como salsa apta para acompañar casi cualquier tipo de alimento gracias a su suave y agradable sabor.

Fuente original: http://www.consumer.es/web/es/alimentacion

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Alimentacion vegetariana:

http://www.asesorianutricional.com.ar/vegetales-frutas.htm

http://www.asesorianutricional.com.ar/articulos-48.htm


Receta de gomasio:

http://www.asesorianutricional.com.ar/prevencion.htm#13