lunes, 21 de abril de 2008

Ideas originales: tortillas sin huevo

Para realizar una tortilla sin utilizar huevo se usa una mezcla de harina de garbanzo y agua Las personas que llevan una alimentación ovolactovegetariana incluyen en su dieta lácteos y huevos además de vegetales.
Sin embargo, hay casos en que no es así: los vegetarianos estrictos o veganos, que sólo consumen alimentos de origen vegetal, o aquellos con alergia al huevo.
En estas situaciones, las tortillas convencionales no forman parte de la dieta. No obstante, combinando distintos alimentos se puede conseguir un plato muy parecido en la forma a las típicas tortillas.
Este truco culinario supone un buen modo de incluir este sabroso plato en la alimentación, haciendo que ésta sea más rica y variada.
¿Cómo se elaboran?
Para preparar una tortilla sin huevo han de seguirse los mismos pasos que para preparar una de convencional. La única diferencia es que el huevo se sustituye por una mezcla de harina de garbanzo y agua.
Si se desea preparar una tortilla de patata de esta manera, mientras se fríe la patata, se prepara una mezcla, en un recipiente aparte, de harina de garbanzo con agua hasta conseguir una textura similar a la de un huevo batido. A continuación, se añade un poco de sal y se sigue batiendo. Una vez que las patatas estén fritas no hay más que retirar el aceite y añadir la mezcla elaborada anteriormente. Si se prefiere elaborar una tortilla francesa, el proceso es tan sencillo como el habitual.
Es decir, se echa un poco de aceite a la sartén y a continuación se añade la mezcla que sustituye al huevo, dándole vueltas de vez en cuando para que no se queme y su interior quede bien hecho. Para que la tortilla no se rompa, conviene dejarla reposar unos instantes después de sacarla de la sartén.
MÁS IDEAS
Estas originales tortillas se pueden acompañar de alimentos muy variados como salsa de tomate, calabacín, cebolla, zanahoria, pimientos, así como cualquier tipo de hortalizas y verduras fritas o salteadas, o un poco de perejil, entre otros. De este modo, además de dar a las tortillas un agradable toque de color, se consigue que queden más jugosas. También es posible elaborar este tipo de tortillas con harinas diferentes a la de garbanzo, como harina de trigo, maíz o arroz, aunque los resultados que se obtienen con estas harinas no suelen ser tan satisfactorios.
Fuente: http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/en_la_cocina/trucos_y_secretos/2008/04/16/143657.php
Recetas naturales: http://www.asesorianutricional.com.ar/recetas.html
Informacion: http://www.asesorianutricional.com.ar/vegetales-frutas.htm

jueves, 17 de abril de 2008

Aperitivos estimulantes del apetito

Sólo algunos aperitivos son recomendables como tónicos y estimulantes del sistema digestivo por su cualidad para abrir el apetito

Aperitivos que no engordan

Si se tiene costumbre de tomar el aperitivo antes de comer fuera de casa, la oferta de los establecimientos de restauración y hostelería cada vez es más variada. Entre las opciones que ofrecen siempre se encuentran aquellas más adecuadas, ligeras y saludables para no trastornar mucho el plan dietético que se sigue. Por ejemplo, en cuestión de fritos, las rabas de calamar o los 'chopitos' tienen muchas menos calorías que el resto de fritos, incluidos los aros de calamar, croquetas, jamón y queso, pimientos, tigres o gambas.

Aperitivos ligeros son los canapés de atún, huevo duro y gamba cubiertos con un poco de mayonesa o de cebolleta picada y vinagreta

Las rabas y los chopitos se pasan por pan rallado por lo que apenas se rebozan, de manera que no absorben tanto aceite. Para ello, no obstante, es importante que se haga una buena fritura, añadiendo los alimentos cuando el aceite esté bien caliente. De esta manera, se forma una costra externa que se tuesta e impide que entre demasiado aceite al interior del alimento. Si la fritura no está bien hecha, el frito, además de calórico, es muy indigesto; esto se nota cuando el alimento desprende un aroma a aceite recalentado y se nota muy aceitoso.

Un aperitivo sustituto perfecto a las calóricas patatas fritas y snacks similares pueden ser las palomitas, hechas a partir de los granos sueltos de maíz. Las palomitas de maíz saladas que se venden embolsadas y listas para cocinar en el microondas tienen más aceite, del que no se suele conocer el tipo, y abundante sal, por lo que no son muy recomendadas.

Todavía más ligeros son los canapés de atún, huevo duro y gamba cubiertos con un poco de mayonesa o de cebolleta picada y vinagreta. En algunas regiones se conocen con el nombre de 'montaditos' o 'banderillas', ya que los ingredientes se colocan uno encima del otro y suelen ir pinchados en un palillo. Además de esta sugerencia, están otras, como una pequeña ración de gambas a la plancha, de langostinos cocidos, de pulpo o de mejillones al vapor con salsa picante.
Se convierten todas ellas en alternativas más ligeras y digestivas si se tiene que cuidar la grasa y las calorías de la dieta. Y siempre queda la posibilidad de pedir una ración de encurtidos, donde suelen servir mezclados, por lo general, pepinillos y cebolletas en vinagre con o sin aceitunas.

'Pickles' caseros
Los pickles se pueden preparar de manera rápida y sencilla, con agua, sal o vinagre. El ejemplo tal vez más conocido es el chucrut, que resulta de la fermentación láctica de la col en presencia de sal o salmuera, aunque hortalizas como el nabo, la zanahoria y el rábano, entre otras, también sirven para esta elaboración. Los encurtidos -pepinillos, cebolletas, pimientos, ramilletes de coliflor o zanahoria, entre otros- también entrarían dentro de este grupo, si bien éstos se obtienen al conservar las hortalizas fermentadas con vinagre y sal, con o sin azúcar (encurtidos ácidos o encurtidos dulces).
No obstante, al ser más ácidos podrían no ser bien tolerados por los estómagos más delicados. El inconveniente añadido de 'pickles' y encurtidos es que tienen demasiada sal, por lo que serán incompatibles en dietas hiposódicas. Además de consumirlos como aperitivos, estos alimentos se pueden añadir a ensaladas y a platos de arroz o pasta, por ejemplo, para aprovechar así sus cualidades digestivas.

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Aperitivos para abrir el apetito

Cuando se menciona la palabra 'aperitivo' lo primero que suele venir a la cabeza es la pequeña ración de comida que se toma antes de una comida principal o la bebida que suele acompañar a esta comida. En España es muy común ir a tomar el aperitivo o ir de tapas, o preparar en el propio hogar algo para 'picar' antes de comer. También se conoce con el nombre de aperitivo a los 'snacks' salados tipo gusanitos y similares, elaborados con patata, sémolas y harinas de cereales o tubérculos, aceites o grasas y sal, además de aditivos varios. Si atendemos a la definición de la Real Academia de la Lengua, una de las acepciones de 'aperitivo' es la de aquello que 'sirve para abrir el apetito'.
Salir a 'tomar algo'
Los embutidos y los quesos no son los alimentos más indicados para el aperitivo por gran cantidad de grasa, colesterol y calorías
Son muchas las personas que están a dieta y no saben qué comer como aperitivo o qué beber cuando salen a tomar algo . Directamente prescinden de comer algo por temor a sumar más calorías y echar por tierra el esfuerzo de toda la semana. De los muchos alimentos que se toman como aperitivo, sólo algunos son particularmente recomendables como tónicos y estimulantes del sistema digestivo, por su cualidad para abrir el apetito a la vez que son ligeros en cuanto a aporte calórico.
Su ingesta favorece la secreción de jugos gástricos y prepara al estómago para la digestión de la comida posterior. Es el caso de las aceitunas, los encurtidos, los vegetales fermentados o bebidas como la tónica, entre otros. Otros muchos tienen la cualidad contraria, ya que se emplea tanta grasa y almidón en su elaboración, que quitan apetito para la comida posterior y aportan demasiadas calorías en un volumen tan pequeño.
Es el caso de los fritos (croquetas jamón y queso, tigres, gambas o pimientos, entre otros) tan habituales como entrantes en muchos menús o como tapa antes de comer. Los embutidos y los quesos también suelen ser muy recurridos para ofrecer a los invitados antes de las comidas, aunque siguen sin ser los alimentos más indicados para que el menú sea digestivo y equilibrado: demasiada grasa, colesterol y calorías juntas. Entre las bebidas, triunfan las refrescantes, el vermú y las copas de vino o de cerveza.
Se puede, y se debe, seguir con la costumbre de tomar algo antes de comer aunque se esté a dieta. Para muchas personas, se trata de un momento de encuentro entre amigos o familiares, muy placentero que no conviene dejar de lado. Los expertos en psicología ya advierten de que uno de los pilares para ser constante y estar convencido de la dieta a seguir es mimar el espacio emocional. En este capítulo habría que tener en cuenta el bienestar que producen las relaciones sociales y los momentos compartidos con las personas más allegadas.
Hortalizas fermentadas

Uno de los aperitivos más originales, fáciles de preparar en casa, son los 'pickles'.

Estos productos tienen la ventaja de aportar muy pocas calorías, por lo que son particularmente recomendados para comer entre horas o como aperitivo antes de la comida, sobre todo, por quienes siguen dietas de control de peso. Las hortalizas fermentadas se consiguen a partir de hortalizas frescas que han sufrido un proceso de fermentación láctica.
Son productos fáciles de digerir y favorecen la digestión de las comidas que se ingieran a continuación. Las hortalizas crudas son ricas en enzimas, similares a las enzimas digestivas, necesarias para digerir los alimentos. Durante el proceso de fermentación, aumenta la concentración de enzimas digestivas que les da la cualidad de tónicos digestivos, al estimular las funciones digestivas. Son particularmente útiles en el tratamiento dietético de las dolencias estomacales como dispepsias, flatulencias o pesadez por una digestión lenta.
Dado que abren el apetito, también son recomendables para quienes tienen inapetencia. Además, las bacterias lácticas que crecen en las hortalizas y permiten la obtención del nuevo producto, los 'pickles' son un refuerzo para la flora intestinal del organismo. Esta razón dietética justifica que consumir estos productos sea una ayuda para prevenir y tratar problemas de estreñimiento.

http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/adulto_y_vejez/2008/04/07/175895.php

lunes, 14 de abril de 2008

Los frutos secos envasados, a debate

Los frutos secos pueden perder gran parte de sus propiedades si se consumen fritos y envasados

Los frutos secos son semillas pobres en agua y ricas en grasa. Por sus particularidades nutricionales son alimentos especialmente interesantes para deportistas o para aquellas personas cuyo trabajo exija un esfuerzo físico intenso, ya que tienen un alto contenido energético. No obstante, resultan muy calóricos y, en cierta medida, indigestos, por lo que son poco recomendables en personas con problemas digestivos. Sin embargo, en dosis moderadas (un puñado), pueden formar parte de la dieta de cualquier persona sana.

Interesantes cualidades
Desde el punto de vista nutricional, uno de los aspectos relacionados con los frutos secos que más llama la atención es su alto contenido energético: aportan más de 500 calorías por cada 100 gramos de alimento (excepto la castaña, que ronda las 300 Kcal por 100 gramos).
Esto es debido a su bajo contenido en agua (menos del 10% de su composición), y a su considerable aporte de grasas (más del 50% de su peso). Por esta razón, las personas con problemas de vesícula biliar y páncreas, o que presenten dificultad para la absorción de las grasas, no deben consumir con frecuencia los frutos secos. Su consumo también ha de ser comedido en caso de sobrepeso y obesidad.
Los frutos secos menos grasos que bajan del 40% de lípidos en su composición son las castañas y los dátiles. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en la composición de las grasas presentes en los frutos secos predominan los ácidos grasos insaturados, concretamente el ácido oleico y el linoleico, que suponen el 75 % del aporte graso. Además, son alimentos que no contienen colesterol, por lo que tienen la capacidad de prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares.
El ácido oleico está presente sobre todo en almendras y avellanas, mientras que el linoleico predomina en las nueces y cacahuetes. La presencia de estos ácidos grasos hace que el consumo habitual de frutos secos ayude a reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol 'malo') y a aumentar los de colesterol HDL (colesterol 'bueno'), además de proteger al organismo frente al desarrollo de arteriosclerosis.
Los frutos secos son ricos en fibra, vitaminas y minerales
Al contrario de lo que muchas personas puedan pensar, los frutos secos son alimentos que apenas contienen hidratos de carbono, ya que sólo suponen un 5% de su composición. Aunque en el caso de la castaña ocurre lo contrario, es decir, su componente principal son los hidratos de carbono, mientras que su contenido lipídico es muy inferior al del resto de frutos secos.
Por lo general, son alimentos ricos en fibra, por lo que facilitan el tránsito intestinal, previniendo o mejorando los síntomas relacionados con el estreñimiento. También contienen cantidades notables de proteínas, que representan alrededor del 20% de su peso. Estas proteínas tienen un aminoácido esencial limitante, la metionina (presente en menor cantidad), por lo que necesitan combinarse con cereales para aportar proteínas de alto valor biológico, equiparables a las del huevo (alimento proteico de referencia). Además son una buena fuente de vitaminas y minerales, ricos en vitamina E, de potente acción antioxidante que está presente sobre todo en avellanas y almendras. También aportan cantidades apreciables de vitaminas del grupo B, como folatos, vitamina B1, B2, B3 y B6, y de algunos minerales como calcio, magnesio, hierro, cobre, potasio, selenio y zinc.
Por último, los frutos secos contienen esteroles y otros elementos fitoquímicos que contribuyen a la reducción de los niveles de colesterol, así como a reducir el riesgo de la aparición de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, pese a su riqueza nutritiva, normalmente se consumen de forma ocasional y en pequeñas cantidades, por lo que, en general, el aporte a la dieta de la mayoría de sus nutrientes es poco significativo.

Frutos secos envasados, ¿igual de saludables?
Muchos de los beneficios de los frutos secos al natural desaparecen cuando se consumen fritos, salados y, por lo general, envasados. Generalmente, los frutos secos fritos no se venden a granel, como ocurre en el caso de los crudos, sino que se presentan en el mercado ya envasados. El consumidor muchas veces desconoce la grasa utilizada en la fritura, ya que en ocasiones las etiquetas no presentan toda la información que el consumidor requiere. En estos casos, simplemente se informa de los ingredientes con el término 'grasa vegetal', lo que puede llevar al consumidor a confusiones.
Frecuentemente, este término se relaciona con efectos beneficiosos sobre la salud por la procedencia vegetal de la grasa. Sin embargo, cuando el fabricante no concreta el tipo de aceite utilizado suele ser porque éste procede del coco o de la palma, que resultan bastante más económicos que otros aceites vegetales. Realmente, los aceites de coco y palma son aceites vegetales, pero su alto contenido en grasas saturadas, hace que su consumo en exceso aumente los niveles de colesterol, por lo que no presentan los efectos cardiosaludables que ofrecen otros aceites como el de oliva o de semillas (girasol, maíz y soja). Es interesante, por lo tanto, leer las etiquetas de los productos que se van a adquirir y escoger, si es posible, aquellos en los que se indique el tipo de aceite utilizado.
Además de fritos, los frutos secos también pueden presentarse tostados o salados. El inconveniente que presentan los frutos secos que han sido tostados es que parte de la vitamina B1 y de la E se destruyen durante el proceso. En el caso de los frutos secos salados hay que tener en cuenta que su consumo ha de moderarse si se siguen dietas controladas en sodio (hipertensión o retención de líquidos, entre otros).

SI SON CRUDOS, MEJOR
Desde el punto de vista nutritivo es más saludable consumir frutos secos que se presentan crudos y que, por tanto, van a contener todos los nutrientes y ventajas para la salud que caracteriza a este tipo de alimentos. Si han sufrido un proceso de fritura, además de aumentar su valor calórico, se pierden parte de sus propiedades saludables, debido a la utilización de aceites vegetales ricos en grasas saturadas. Igualmente, tanto crudos como fritos, hay que tener en cuenta que dado su elevado valor energético, se recomienda consumirlos en cantidades moderadas.
Los frutos secos pueden formar parte de ensaladas y postres o acompañar a platos de verdura y carne como el pollo o el cordero, ya que son mucho más que un simple alimento para comer entre horas. Las ensaladas con frutos secos son muy sugerentes y originales, como la de escarola y naranja, la de cogollos con vinagreta de frutos secos o la de recula. Postres o tentempiés muy sabrosos son el queso mató con canela y frutos secos tostados, la salsa de yogur con caramelo y frutos secos o las manzanas y naranjas asadas con frutos secos.
Fuente original. www.consumer.es

viernes, 11 de abril de 2008

El té oriental

Una bebida rica en polifenoles de acción antioxidante, cuya proporción varía en función del tipo de té que se utilice y de su proceso de fermentación

El origen del té se conoce con bastante exactitud. Según los historiadores, China es la cuna del té aunque India le sigue de cerca, siendo uno de los principales exportadores de esta valiosa mercancía, y Sri Lanka es una isla muy conocida por la calidad de su té.

En Oriente, sobre todo en China y Japón, se consume el llamado té verde, sin fermentar, mientras que en Europa, se utiliza mayoritariamente el té negro, una vez fermentado. Entre ambas categorías se sitúa el té semifermentado, también conocido como té Oolong.

El árbol del té es un árbol de hoja perenne que puede alcanzar hasta 10 a 15 metros de altura en estado salvaje. Sin embargo, con el fin de facilitar la cosecha de sus hojas por las recolectoras (siendo las más altas las mejores), se talla a 1,10 metros del suelo. Esta operación se suele realizar cada tres años.

El árbol del té crece generalmente en regiones tropicales o subtropicales. Las condiciones ideales de cultivo son un clima húmedo, una irradiación solar de un mínimo de cinco horas diarias, una humedad del aire entre 70 y 90%, lluvias abundantes y regulares durante todo el año. Si las condiciones de cultivo son óptimas, no es sorprendente encontrar árboles de té en altitudes de hasta 2500 metros.

Fermentación y tipos de té
A los cuatro tipos principales de té (blanco, verde, Oolong, y negro) hay que sumar las múltiples variedades existentes dentro de cada categoría

Este proceso de tratamiento del té una vez recolectado reduce el contenido de polifenoles inicial, es decir, su concentración de sustancias antioxidantes. Existen cuatro tipos principales de té (blanco, verde, Oolong, y negro), pero a ellos hay que sumar las múltiples variedades existentes dentro de cada categoría, que suman más de 3.000 en todo el mundo y son el resultado de los diferentes métodos de elaboración de la planta.

Té blanco: Se produce a escala muy limitada, lo que explica el elevado precio que alcanza en el mercado. China y Sri Lanka (antiguo Ceilán) son los principales exportadores. Las yemas nuevas se recolectan antes de que se abran, se dejan marchitar para que se evapore la humedad natural y a continuación se desecan. Las yemas rizadas presentan un aspecto plateado (a veces se las denomina Silver Tip) y de ellas se obtiene una infusión de color pajizo muy pálido.

Té no fermentado: Del peso seco de una hoja, un 30% son polifenoles.

El té verde es un ejemplo. La elaboración se inicia al dejar secar las hojas recién cogidas, a las que después se aplica un tratamiento de calor para detener la fermentación que provocaría la descomposición de la hoja. Concretamente se someten a un proceso de cocción al vapor y de secado al fuego que detiene la fermentación de las enzimas. Las hojas luego se extienden y se secan antes de que se les prenda un último fuego que impide cualquier fermentación.

Té semifermentado: Las hojas de té semifermentado contienen un 20% de polifenoles. El té Oolong es semifermentado que se elabora principalmente en China y en Taiwan. Se encuentra entre el té negro y el té verde. Los brotes tiernos del té se dejan a secar al aire libre entre 30 y 60 minutos, luego se secan en una habitación cerrada, extendiéndolos suavemente con la mano, de 6 a 8 horas. Al resecarse, el proceso de fermentación se detiene, y entonces se procede a la extensión y el secado. Después de secarse al fuego una última vez, el té Oolong se separa en grupos y se empaca en latas de té o bultos a granel.

Té de fermentación completa: En este té, el contenido de polifenoles es del 10%. Su representante es el té negro. Los métodos y variedades difieren considerablemente según la región productora, pero el proceso siempre incluye cuatro pasos básicos: marchitamiento (para hacer flexible la hoja y poder enrollarla sin que se rompa), enrollado (para romper las células y facilitar las reacciones químicas), fermentación (la verdadera transformación para convertirse en té negro) y secado (detiene la fermentación en el momento deseado).

Con el método tradicional se obtienen partículas más gruesas. Con el método CTC (triturar, cortar, enrollar) las hojas quedan más desmenuzadas, lo que resulta ideal para las bolsitas de té por ser la infusión más rápida y fuerte. El té negro es el más aromático, debido a que con la fermentación se originan, a partir de los polifenoles, numerosos compuestos principalmente de tipo aromático. Dado el elevado consumo de té negro en el mundo, se han hecho numerosas investigaciones con el fin de conocer a fondo sus bondades para la salud.

Se han sugerido efectos saludables sobre el sistema cardiovascular, los huesos o los dientes, aunque muchos de ellos son sólo hipótesis o suposiciones, de las que queda mucho por estudiar

Fuente original: www.consumer.es

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jueves, 10 de abril de 2008

Papas cocidas con piel

Cocer las patatas (papas) con piel

La patata, uno de los vegetales que contienen mayor cantidad de almidón, es imprescindible en una dieta equilibrada y adecuada para cualquier grupo de edad.

Su alto contenido en agua (el 75%) y su poca cantidad de grasa (si no se consume frita) la hacen un alimento muy recomendable. Sin embargo, las diferentes maneras de cocinarlas pueden modificar su composición nutricional.

La piel de la patata contiene la mayoría de fibra y nutrientes, en especial vitamina C, localizados alrededor de la piel, que se consiguen mantener en parte si las cocemos con su propia piel. Sin embargo, las decoloraciones verdosas y los brotes, como la piel, pueden ser tóxicos por su alto contenido en solanina, glucoalcaloide de sabor amargo, un fungicida y pesticida propio de la patata. Para evitarlo, sólo ha que lavarla minuciosamente y eliminar estas partes.

Elaboración
Las patatas que vayamos utilizar deben ser aproximadamente del mismo tamaño para que tarden el mismo tiempo en cocerse. Las lavamos introduciéndolas en agua fría con un poco de sal y vinagre o zumo de limón. Las colocamos en una cazuela con abundante agua fría y un poco de sal y las ponemos a fuego fuerte hasta que comience a hervir. En ese momento bajamos la intensidad del fuego y cocemos a fuego suave, para evitar que se deshagan.

Dejamos hervir hasta que estén cocidas, aproximadamente 45 minutos. Para asegurarse de que ya están cocidas, sólo hay que pinchar y no encontrar resistencia. Entonces, escurrimos y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Una vez frías, se pelan, quitando los ojos y se cortan según el plato que se quiera preparar.

Este tipo de plato suele utilizarse para ensaladillas, ensaladas o en la elaboración de purés. También se utilizan en salteados. Para ello, una vez cocidas, se cortan en rodajas de ocho centímetros y se saltean con aceite aromatizado con ajo y perejil. De esta manera se suelen usar como guarnición.

En numerosos platos
Entrantes, primeros y segundos platos, acompañantes de carnes o pescados, e incluso como postres. La patata es un alimento de uso muy generalizado en las cocinas de todos los países del mundo. Sus principales características, sabor suave y textura agradable, la hacen un alimento ideal para elaborar en numerosas formas y en combinación con infinidad de alimentos.

Además de la cocción, las patatas pueden cocinarse fritas, al vapor, asadas o guisadas.

Para freír, deben sumergirse en aceite caliente abundante, y evitar que adquiera un color marrón.
La preparación al vapor es la que mejor conserva los nutrientes, incluso con piel, siempre que se laven bien. Si se hierven, lo mejor es elegir patatas tempranas, de carne compacta y harinosa, ya que mantienen su forma tras la cocción.

FUENTE ORIGINAL: http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/en_la_cocina/trucos_y_secretos/2008/04/02/175840.php
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