miércoles, 24 de junio de 2009

Comer crudo, un placer ancestral

El sabor, la textura y las propiedades nutricionales de los alimentos sin procesar son un gran atractivo que no está exento de riesgos

Cuando nos planteamos comer alimentos crudos, pensamos de inmediato en las frutas y las hortalizas que tomamos en ensalada, pero no olvidemos que también se toman crudas algunas carnes, como el carpaccio, o pescados, como el popular sushi, mariscos, como las ostras, o huevos, que forman parte de batidos caseros mezclados con leche y frutas, entre muchos otros.

  • Autor: Por ELENA PIÑEIRO
  • Fecha de publicación: 4 de junio de 2009
  • http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/curiosidades/2009/06/04/185744.php


El alimento crudo es una pieza fundamental de algunas costumbres alimentarias ancestrales y forma parte de los tres polos que el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss describió como "el crudo, el cocido y el podrido". Además de los placeres organolépticos que la comida cruda puede reportar, se han de tener en cuenta algunas ventajas y desventajas nutricionales, y en relación con la salud que tiene esta forma de alimentarse, sea de forma esporádica o definitiva (crudivorismo).

Crudo y cultura alimentaria

Según Lévi-Strauss, lo crudo está relacionado con el polo indemne de la naturaleza, con lo "no procesado", mientras que lo cocido es la transformación cultural de lo crudo, que tiene que ver con la cultura y con la materia prima procesada. La cocina es el lenguaje por el que se expresa una comunidad y conviene no olvidar que los conceptos de "crudo", "cocido" y "podrido" son diferentes para las distintas sociedades. Lo cierto es que no existe un estado puro de lo crudo ya que son pocos los productos que se comen sin procesar, es decir, sin lavar, pelar, cortar, fermentar o aliñar.

En occidente, por ejemplo, se entiende técnicamente como cocinado el aumento de la temperatura del alimento hasta un punto y durante un tiempo suficiente para ocasionarle un cambio irreversible.

Entre lo crudo y lo cocido

Encontrar el equilibrio en una alimentación completa, que integre alimentos crudos y platos cocinados, parece ser la clave para lograr una buena nutrición. La cantidad sustancial de vitaminas, minerales, fitoquímicos y enzimas que aportan a la dieta las frutas y hortalizas crudas es muy importante, ya que no hay ningún otro alimento que las pueda igualar. Por otro lado, no se puede olvidar que la cocción tiene sus méritos culturales, nutricionales e higiénicos.

Por tanto, es muy interesante conocer qué es lo que se puede comer crudo y, en cambio, qué es lo que se debe tomar cocido para alimentarse de manera correcta sin correr ningún riesgo para la salud.

Los alimentos crudos ostentan virtudes nutricionales, de sabor y de original placer gastronómico

No hay por el momento evidencia científica que demuestre que es más sano tomar siempre las hortalizas y verduras crudas y no cocidas. No obstante, con los conocimientos sobre química culinaria de hoy en día, se puede afirmar que sólo el almacenamiento, el tratamiento y la preparación de los productos agrícolas recolectados ya provoca pérdidas de nutrientes. De hecho, hay una serie de factores responsables de estas pérdidas: temperatura, luz, oxígeno, dióxido de carbono, grado de acidez, humedad y presencia de microorganismos.

Si a estos factores añadimos la acción del calor, que desactiva las enzimas y los microorganismos beneficiosos -como los de los productos fermentados- y, además, destruye parte de las vitaminas hidrosolubles y la mayor parte de los antioxidantes, el resultado es una merma nutritiva relevante. Por este motivo, de las cinco raciones diarias de frutas y verduras que recomienda la Organización Mundial de la Salud, OMS, se tendrían que tomar al menos la mitad en estado crudo.

Crudos: ventajas y desventajas

La categoría de alimentos crudos se extiende de las frutas y hortalizas a los lácteos, las carnes, los pescados y hasta los aceites. El steak tartare, el carpaccio, el sushi o el natto son platos y alimentos sin cocinar; sólo con algún sencillo procesado incluido en su preparación. La ventaja de disfrutar de un abanico de sabores naturales, genuinos y que transmiten una sensación probablemente muy parecida a la que experimentaron sus primeros consumidores es un atractivo tanto para el paladar como para la salud. Las recetas crudas mantienen en gran medida las composiciones nutritivas de los alimentos y también de los condimentos que les acompañan, como, por ejemplo, el aceite de oliva virgen.

Los aceites sometidos al calor sufren procesos de oxidación que devalúan su calidad organoléptica y nutricional, por eso es conveniente utilizar con frecuencia aceites vírgenes en crudo, sobre todo, de oliva, rico en ácidos grasos monoinsaturados beneficiosos para el corazón y el sistema vascular.

El horno, la olla, la sartén y hasta el microondas ofrecen una ventaja destacable y, en contrapartida a la pérdida de vitaminas que provocan, hacen más asimilables las proteínas y los azúcares de los cocinados. La aplicación de calor da como resultado un producto más comestible por que se modifica su aroma, su aspecto, su estructura (facilitando su masticación y digestión) y su seguridad higiénica. En este último punto, el cocinado de los alimentos por medio del calor solventa problemas microbiológicos y, además, desactiva los antinutrientes que impiden la asimilación de ciertas sustancias nutritivas.

Microorganismos como los que provocan la toxoplasmosis ("Toxoplasma gondii") o la listeria presentes, sobre todo, en carnes poco o mal cocinadas, leche cruda, huevos o vegetales contaminados por aguas fecales pueden provocar diarreas, dolor de estómago y, en mujeres embarazadas, graves consecuencias para el feto. Parásitos como el anisakis, muy común en pescados que no se han congelado, pueden ser causantes de peritonitis muy graves. De hecho, la incidencia de enfermedades provocadas por parásitos como la triquinosis, la toxoplasmosis o las tenias no es pequeña. No se ha de olvidar el peligro que supone la salmonela, que si se halla en huevos que no alcanzan los 65º C durante su cocción puede ser fatal según la edad del comensal.

Por tanto, motivos de higiene y el hecho de que la cocción hace más comestibles algunos alimentos inclinan, con un peso evidente, la balanza hacia el cocinado. No obstante, las virtudes nutricionales, de sabor y de original placer gastronómico que ostentan los crudos comportan un "contrapeso" relevante que da el resultado elegido por la mayoría de los comensales: una alimentación variada que incluya en proporciones similares platos que permitan disfrutar de distintas sensaciones, texturas y nutrientes y que, a su vez, ofrezcan seguridad.

TENDENCIAS CRUDÍFERAS

El crudivorismo (comer sólo crudos) es un movimiento difundido por todo el mundo que promueve la dieta cruda. Hay distintos tipos: el crudivorismo genérico, que se basa en una alimentación básicamente vegetariana u ovolactovegetariana con un 75% de productos crudos; el movimiento de "Alimentos vivos" de Anne Wigmore, que incluye brotes y alimentos crudos fermentados; el método de "higiene natural" que promueve el uso ocasional de leche fresca, queso o huevos y alguna verdura cocida; y la "anopsología" o "alimentación instintiva", que practica la dieta basada en fruta fresca, pescado y carne crudos y algunos vegetales, y se conoce como la paleo dieta o la dieta de los antepasados.

domingo, 21 de junio de 2009

El vinagre como alternativa a la sal

Un estudio confirma la validez del vinagre para dar un sabor salado a los platos de forma habitual

Los médicos no pueden ser más claros: un consumo elevado de sal está relacionado con el riesgo de sufrir hipertensión y otras patologías. Son numerosos los estudios que advierten de que actualmente el consumo de esta sustancia es excesivo, por lo que la ciencia intenta averiguar la manera de reducir las cantidades de sal en los alimentos. Pero, ¿cómo? ¿qué sustancia podría agregarse sin que se perdiera el sabor? Según una investigación llevada a cabo en Japón, una adición de bajas concentraciones de vinagre a los alimentos puede aumentar la percepción de salado y permite reducir el uso de sal en las industrias alimentarias.

  • Autor: Por NATÀLIA GIMFERRER MORATÓ
  • Fecha de publicación: 8 de junio de 2009

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que por habitante el consumo diario de sal no exceda los seis gramos, en lugar de los 9 a 12 gramos que se suelen consumir hoy, lo que supone un aumento del riesgo de padecer hipertensión, un importante factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares. Se ha presionado a los fabricantes de alimentos para que reduzcan el contenido de sal en sus formulaciones, ya que se estima que del 60% al 80% del consumo de sal proviene de alimentos envasados y no de la sal que se añade en la mesa.

Ahora, y fruto de estos intentos, un nuevo estudio publicado "Journal of Food Science" ha analizado la interacción entre la salinidad y la acidez entre sí a bajas concentraciones y ha determinado que el vinagre puede convertirse en un posible sustitutivo de la sal. Aunque estudios anteriores han examinado diversos ácidos como una manera de mejorar la salinidad, los investigadores se han centrado ahora en el vinagre, ya que, además de poseer una elevada concentración de ácido acético, también es un producto que se utiliza habitualmente en la cocina. No obstante, este hallazgo plantea desafíos a la industria como el papel conservante que también realiza la sal en los alimentos o la aceptación del consumidor.

Sustitución de la sal

Los investigadores utilizaron un grupo de 40 jóvenes y establecieron unos límites de detección, tanto para la sal como para el vinagre, en soluciones de agua destilada, de manera individual. Al añadir vinagre a una solución de sal, aproximadamente a la mitad de la concentración del umbral de detección de cada miembro del grupo, se detectó que el nivel de umbral de detección de la sal era considerablemente menor. Según los expertos, "este resultado favorece la posibilidad de sustituir parte de la sal por vinagre para dar un sabor salado a los platos de manera habitual".

El vinagre de arroz negro tiene más cantidad de aminoácidos y, por tanto, la percepción de salado es mayor

El estudio ha examinado el efecto del vinagre de arroz y el vinagre de arroz negro, ambos procedentes de Oriente, en la percepción de salado. Los resultados han evidenciado que el de arroz negro tiene un efecto más pronunciado ya que contiene más cantidad de aminoácidos y, por lo tanto, más nitrógeno que el vinagre de arroz. Este hecho favorecería la percepción de salado de manera más eficaz.

Sin embargo, y contrariamente a los resultados de estudios anteriores, el experimento no revela un efecto inverso, es decir, cuando la sal se añade al vinagre en la mitad del umbral de detección no hay un cambio en los niveles de otros componentes presentes en la solución. Los investigadores concluyen que este hecho puede ser muy interesante ya que esto rompe la creencia común de represión entre la sal y el vinagre.

Los expertos confían además en que este hallazgo ayude en la búsqueda del receptor del sabor salado, que aún no se ha descubierto, y que esperan poder hacerlo tal y como ya se ha conseguido con los receptores del sabor dulce y umami, ácido y amargo.

Las múltiples funciones del vinagre

El vinagre puede utilizarse de muchas formas, aunque en la mayoría de las ocasiones su uso se limita al aliño. Al igual que los cítricos, es un excelente ingrediente para marinar ya que es un ablandador natural, se encarga de desdoblar las fibras y las proteínas de las carnes. Este alimento es también un resaltador del sabor, puede agregarse a la salsa que vaya a utilizarse para cocinar y cuando se cocina un plato el agua se evapora dejando el exquisito aroma y sabor del vinagre. En el caso de los mariscos, es mejor agregar el vinagre después de cocinarlos para mejorar así su sabor.

El vinagre también es un conservante natural de los alimentos. Por ejemplo, la mayonesa, la salsa picante, la mostaza, el ketchup, la salsa de tomate o los encurtidos se preservan con vinagre. Su principal atractivo en la industria alimentaria es la virtud de reducir el pH de los alimentos y, en consecuencia, evitar así el crecimiento bacteriano.

Algunas de sus virtudes son también la ausencia de sal en el alimento, tampoco contiene grasa, evita la proliferación bacteriana, no tiene calorías, es un conservante natural, resalta los sabores de los alimentos, puede usarse para limpiar diferentes superficies, posee efectos medicinales y neutraliza los malos olores.

VINAGRE DE ARROZ



El vinagre de arroz se obtiene de la fermentación de los azúcares contenidos en el arroz mediante el uso de técnicas tradicionales. Se trata de un vinagre suave, su color puede ser desde blanco hasta un dorado pálido, y se usa exclusivamente en la cocina japonesa, principalmente para sazonar numerosos platos como el popular sushi, cuya principal función es intervenir en la elaboración del arroz que acompaña al pescado. Se usa tanto en los sushis propiamente dichos como en los makis, que son los rollitos de arroz con pescado rodeados de alga.

La elaboración, artesanal y típica de Japón, empieza con la selección de los granos de arroz de manera muy meticulosa que, junto con agua pura, garantizan una máxima calidad del producto. Su sabor es más suave que el vinagre blanco destilado y tiene una delicada y sutil acidez. Su equilibrado aroma armoniza cualquier alimento mejorando el sabor de los platos sin alterar su aspecto.

Se trata de un excelente alimento para utilizar directamente en la mesa como aderezo de ensaladas y verduras, o en la cocina para la preparación de salsas, mariscos y marinados, que da un toque distinto a las recetas de siempre. Es apropiado para preparar recetas gourmet y como original alternativa a los vinagres tradicionales. Se conserva durante largos períodos de tiempo en lugares frescos y secos. Su nombre en japonés es "komezu" y sería el equivalente al vinagre de manzana, que tiene una acidez parecida al de arroz. Sin embargo, en los platos orientales el de arroz es, con creces, el más utilizado.

Fuente http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/ciencia-y-tecnologia/2009/06/08/185779.php
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http://www.asesorianutricional.com.ar/respuesta.asp?faq=73&sPreg=Propiedades%20del%20vinagre%20de%20manzana